Cómo conseguir un arranque con tensión reducida con un arrancador suave
Los arrancadores suaves consiguen un arranque con tensión reducida controlando la corriente de arranque y el par de arranque del motor, evitando así el choque de corriente excesivo durante el arranque directo tradicional y protegiendo el motor y los equipos de la red eléctrica. El principio de arranque con tensión reducida de los arrancadores suaves incluye principalmente los siguientes aspectos:
Control de voltaje de fase: El arrancador suave ajusta gradualmente el voltaje de fase del motor para reducir el voltaje cuando el motor arranca. El arranque directo tradicional conecta el motor directamente a la red eléctrica, momento en el que la corriente y el par serán muy grandes. Los arrancadores suaves suelen utilizar dispositivos semiconductores (como rectificadores controlados por silicio SCR) para controlar el voltaje. El motor se pone en marcha con un voltaje más bajo al principio y luego el voltaje se aumenta gradualmente a medida que aumenta la velocidad del motor hasta que este alcanza la velocidad nominal.
Arranque gradual: el arrancador suave produce un aumento gradual de la tensión en lugar de aplicar la tensión completa de forma instantánea. Este arranque gradual no solo puede reducir la corriente de arranque, sino que también evita choques mecánicos excesivos y reduce el desgaste del motor y del sistema de accionamiento.
Control del par de arranque: al controlar la tensión, el arrancador suave también controla el par de arranque del motor y reduce el impacto mecánico durante el arranque. Esto es especialmente importante para motores con cargas pesadas.
Método de regulación:
Arranque lineal: el voltaje aumenta gradualmente de manera lineal dentro de un período de tiempo determinado.
Arranque en rampa: el voltaje aumenta gradualmente con una pendiente preestablecida.
Arranque de tiempo constante: el voltaje aumenta gradualmente hasta el valor nominal dentro de un tiempo establecido.
Las ventajas de los arrancadores suaves incluyen la reducción del impacto de la corriente de la red eléctrica, el aumento de la vida útil de los motores y equipos, la reducción de la pérdida de equipos eléctricos y la generación de un menor impacto en la estructura mecánica durante el proceso de arranque.